El corredor del Movistar Team Oier Lazkano ha conseguido la victoria este viernes en la cuarta etapa de la XLV Vuelta Ciclista a Burgos tras imponerse en el Alto Acebal-Vizcarra, puerto de 3.ª Categoría en el que se encontraba la meta. El ciclista vitoriano, vigente campeón de España de fondo en carretera y subcampeón contrarreloj, tuvo que apretar hasta los últimos metros de la ascensión para no ser adelantado por el colombiano Santiago Buitrago (Bahrain), ganador en el Alto del Castillo en la etapa inaugural de la pasada edición de la ronda burgalesa, que tuvo que conformarse con la segunda plaza.
Mientras, la clasificación general no se vio alterada en sus primeras plazas y se mantiene encabezada por el esloveno Primoz Roglic (Jumbo Visma) por delante del ruso Aleksandr Vlasov (Bora) y el británico Adam Yates (UAE Team Emirates), a los que aventaja en 33 y 38 segundos respectivamente que confía que puedan ser suficientes para mantenerlos este sábado en al etapa final con llegada a las míticas Lagunas de Neila.

La impresionante y realmente bella localidad de Santa Gadea del Cid, cerca de Miranda de Ebro, era la encargada desde primera hora de la mañana de recibir a todo el operativo de salidas de la Vuelta a Burgos, porque desde ahí debía partir la cuarta y penúltima etapa de la prueba con dirección hacia Pradoluengo y el Alto Acebal-Vizcarra de 3.ª Categoría, meta de la jornada.

Todos los vecinos de Santa Gadea del Cid se volcaron sin duda con la ronda burgalesa, siendo numerosos los aficionados que se agolparon en los alrededores de la Iglesia de San Pedro Apostol, cuya plaza anexa acogió la presentación de los equipos y el protocolario control del firmas. Por él pasaron un total de 102 corredores, tres menos de los que empezaron la carrera después de los tres abandonos producidos en la etapa de este pasado jueves entre Sargentes de la Lora y Villarcayo.
Como se esperaba, nada más darse la salida a la etapa empezaron las primeras escaramuzas en la cabeza del pelotón y enseguida se creaba un primer grupo cabecero formado por 18 corredores, entre los que se encontraban dos del Burgos BH, el luxemburgués Víctor Langellotti y el neerlandés Jetse Bol. Sin embargo, su intento y el de sus compañeros de fuga tendría poco futuro y no pasó del kilómetro 4, punto en el que fue echado abajo por el pelotón.

Se origina la escapada buena pero sin hombres del Burgos BH
Distinta suerte tendría sin embargo la segunda fuga, creada rumbo al Alto del Cubilla (3.ª Categoría), en el kilómetro 11. Primero saltaron cinco ciclistas y luego se unieron a ellos cuatro más, en total nueve unidades que llegarían a la pancarta de puerto con 26 segundos de ventaja y con el italiano Matteo Fabro (Bora) como primer corredor en transitar por ella.

Junto a él destacaban en la escapada hombres como el campeón de España Oier Lazkano (Movistar), el colombiano Santiago Buitrago (Bahrain), los ecuatorianos Jonathan Caicedo (Education First) y Harold Martín (Astana) y otro italiano como el veterano Gianluca Brambilla (Q36.5 Pro). Ellos y el resto de compañeros de aventura irían poco a poco abriendo camino, y al paso por Frías (Km. 34) su ventaja ya era de 2:50 minutos sobre el grupo comandado por los hombres del Jumbo Visma, equipo del nuevo líder de la Vuelta a Burgos, el esloveno Primoz Roglic.
Por delante les esperaban localidades como Pedrosa de Tobalina, Trespaderne y Oña, todas ellas atestadas de público aguardando a cada orilla de la carretera, alcanzado la fuga una máxima renta de 3:46 minutos precisamente cuando la etapa se acercaba a Oña (Km 66). Por delante les quedaban aún 90 kilómetros y una segunda complicación orográfica, el Alto del Portillo del Busto (2.ª Categoría) al que se dirigían.

Por él volvía a transitar en primer lugar Matteo Fabro (Bora) y tras él Oier Lazkano y Jay Vine (UAE Team Emirates), uno de los gregarios de Adam Yates que tanto le había ayudado en la jornada precedente en todas las ascensiones, incluida la del Picón Blanco, y que a pesar de sufrir una caída, afortunadamente sin consecuencias graves, volvía de nuevo al tajo. Para entonces su renta había bajado a los 3:19.
Sin embargo, el descenso desde Busto hacia las localidades de Quintanaélez y Solduengo para acabar llegando hasta Briviesca, permitiría a los hombres de cabeza aumentar de nuevo su margen y establecer la que sería su máxima ventaja del día, 4:03 minutos en el km 105, cerca de la capital de la Bureba. Aún con 50 kilómetros por delante y, por lo tanto, con espacio suficiente para que el pelotón, si era su deseo, neutralizara la fuga.

El Burgos BH se une al Jumbo Visma para echar abajo la escapada
De los aventureros de la jornada el más cercano a Roglic en la general individual era el australiano Jay Vine, a 4:46 minutos, así que por parte al menos del Jumbo Visma la preocupación por una posible llegada de la escapada era mínima por no decir nula. Por eso fueron corredores del Burgos BH los que pasaron a unirse a los del equipo neerlandés en la cabeza del pelotón, dando relevos para intentar reducir las diferencias.
Y con su propósito algo conseguirían, dejarla en el Belorado, a 25 kilómetros para la cima del Acebal-Vizcarra, en 2:56 minutos, casi dos minutos menos de golpe en un tramo no demasiado largo, pero aún insuficiente como para pensar seriamente en la posibilidad de absorber a los nueve aventureros. De hecho en su segundo paso previsto en la etapa por la localidad beliforana seguía siendo su renta de 2 minutos y 10 segundos, por lo que cada vez cogía más fuerza el hecho de que el triunfo de la jornada estaba en la escapada.

Ya en las cercanías de Pradoluengo, aún a 5 kilómetros para la meta, la fuga de 9 unidades se mantenía intacta, si nadie que hubiera intentado demarrar en solitario ni corredor alguno que hubiese perdido comba. Además, su ventaja seguía siendo de 1:40 segundos, por lo que margen seguían teniendo para evitar ser alcanzados por el pelotón pero ya no podían andarse con remilgos.
Ya en las calles de Pradoluengo y restando solo el kilómetro y medio final de ascenso, quedaba claro que el triunfo se lo iban a jugar por delante, y el primero en irse en solitario era Gianluca Brambilla (Q36.5 Pro). Sería alcanzando y a falta de escasos 300 metros para la meta seguirían los nueve fugados absolutamente juntos, en tanto que por detrás Primoz Roglic y Adam Yates tampoco se atacaban.

Finalmente, Oier Lazkano lanzaba su ataque en los metros finales, yéndose tras él Santiago Buitrago (Bahrain), pero el jefe de filas del Movistar Team se llevaba el triunfo por delante del colombiano para seguir dándole más lustre a su maillot de campeón de España de ruta y también a la propia Vuelta a Burgos. Sin duda, un gran granador para una etapa de puro ciclismo.
Por detrás, a 58 segundos, llegaban los primeros corredores del pelotón y entre ellos, vigilándose, Roglic y Yates, que definitivamente dejarán su lucha por el maillot morado para la última etapa de la ronda burgalesa, la que este sábado llevará a los supervivientes de la carrera hasta la meta en las Lagunas de Neila.
