El Mirandés rozó la gloria en El Sardinero, pero el Racing de Santander evitó la derrota en los últimos compases en un partido de ida electrizante (3-3) que dejó goles y una eliminatoria completamente abierta. Los de Alessio Lisci firmaron una actuación valiente y atrevida en su estreno en el playoff de ascenso, y aunque llegaron a ir ganando 1-3, los cántabros consiguieron igualar en el tramo final. La vuelta en Anduva decidirá quién se acerca al sueño de Primera.
El partido comenzó con respeto mutuo, sin grandes sobresaltos en los primeros minutos. El Mirandés, sin complejos, fue ganando metros y confianza, hasta que el encuentro entró en una fase frenética. A la media hora, Panichelli rompió líneas por banda y sirvió un centro perfecto que Izeta remató con todo para firmar el 0-1. Apenas tres minutos después, Hugo Rincón sorprendió con un disparo cruzado que se coló ajustado al palo, y el 0-2 encendió la euforia en el sector visitante.
Con un Racing aturdido y el Mirandés desatado, el partido parecía decantarse por completo. Pero Iñigo Vicente, siempre decisivo, recortó distancias antes del descanso con un buen tanto que devolvía la esperanza a los locales.
Tras el paso por vestuarios, los de Miranda salieron igual de decididos. Mostraron carácter, personalidad y una idea clara de juego. Y la recompensa no tardó en llegar: Reina culminó una excelente acción ofensiva para firmar el 1-3, desatando el delirio entre la afición rojilla desplazada a Santander. El Mirandés incluso pudo hacer el cuarto, pero no acertó y el Racing, herido en el orgullo, se levantó.
Cuando todo parecía encaminarse hacia una victoria visitante, Andrés Martín acortó distancias con un gol que por poco no fue fuera de juego. Pero los de José Alberto López creyeron hasta el final, y tras varios intentos, con un gol anulado por fuera de juego, lograron empatar en los últimos minutos para dejar el marcador final en 3-3.
El empate deja la eliminatoria abierta, aunque el Mirandés regresa a casa con la sensación de haber hecho muchas cosas bien. La vuelta se disputará en Anduva, donde los rojillos se han mostrado intratables durante toda la temporada.
