El partido de la División de Honor Juvenil (Grupo 5) que debían haber disputado este sábado, en el Campo Luis Pérez Arribas de Pallafría, el Burgos CF y el Real Madrid, ni tan siquiera llegó a iniciarse al decidir el colegiado que debía dirigirlo el aplazamiento del mismo.
El árbitro asturiano Pablo Fernández Pérez, que previamente (a las 10.30 horas) había señalado que el encuentro se jugaría, instando a los empleados de las instalaciones de Pallafría a que achicaran el agua de algunas zonas del campo donde se veía más abundante; hora y media después se volvía a atrás.
A las 12.00 horas -horario de inicio del choque-, acompañado de sus jueces de línea, se dirigió a las zonas más pobladas de agua, sobre las que lanzó el balón y comprobó la dificultad para su desplazamiento, y minutos después, ya en su vestuario, comunicaba al Burgos CF y al Real Madrid el aplazamiento del partido.
El Real Madrid no quería jugar
De nada sirvieron las numerosas horas invertidas por los empleados de la Federación de Fútbol de Castilla y León, quien gestiona el uso de las instalaciones de Pallafría a través de la Delegación Provincial de Burgos, y que ya del viernes habían estado achicando agua del campo, lo mismo que esta mañana desde primera hora; y al final acabó pesando más la opinión del Real Madrid, que desde el primer momento, al ver como estaba el campo, se mostró contrario a la disputa del partido.
Y es que durante esa hora y media previa al choque, y a pesar de conocer la decisión inicial de Fernández Pérez de que se jugase el partido e indicar a sus jugadores que salieran a calentar como si nada pasara, los miembros del cuerpo técnico del Real Madrid, así como su delegado, trataron de convencer al árbitro de que «lo mejor, para evitar posibles lesiones de los jugadores», tal y como señalaba a las puertas de su vestuario el técnico del juvenil madridista, Dani Poyatos, era que el partido fuera aplazado.
‘Pechu’: «Les ha podido el miedo»
Finalmente, así ha sido, y la decisión del aplazamiento ha traído consigo el enfado enorme de José Ángel de la Iglesia ‘Pechu’, entrenador del equipo juvenil de División de Honor del Burgos Club de Fútbol.
«La decisión nos ha sentado muy mal y ha sido totalmente condicionada por la actitud del Real Madrid. Cuando ha llegado el árbitro al campo ha dicho que el partido se iba a jugar, y ahora está mucho mejor que entonces, pero al final el escudo pesa», señalaba Pechu.
De hecho el técnico burgalés aludía a otros partidos jugados por su equipo este año en campos en peor estado. «Esta temporada hemos jugado aquí contra el Valladolid y también algún partido fuera en campos que estaban en peores condiciones, pero esto está así montado y hay que aceptarlo», apuntaba Pechu resignado.
«Nosotros hemos defendido lo que defiende el sentido común, que el campo estaba para jugar, pero si vas directamente a botar el balón en un charco …. La realidad es que el 90% del campo está en condiciones para poder jugar en él, y estoy seguro de que el árbitro, siendo asturiano, ha pitado en campos en peor estado. Pero todo se resume a que el escudo pesa y que igual les ha podido el miedo, pero es una opinión mía», expresaba resignado el entrenador local.
Careo con el entrenador del Real Madrid
Finalmente, Pechu reconocía haber tenido un cruce de palabras con el técnico del Real Madrid, Dani Poyatos. «Lógico que le haya dicho. A mí, egoístamente, hasta me puede venir bien porque voy a recuperar jugadores que tenía lesionados, pero hay gente que llevaba desde ayer trabajando en el campo, igual que hoy desde las 8 de la mañana, para que el partido se pudiera jugar, y esa gente merece un respeto. Yo les felicito por el trabajo que han hecho porque el campo está para jugar, el día del Valladolid estaba mucho peor».
