El Burgos Club de Fútbol SAD continúa en estos momentos, a solo cinco días de su encuentro de este próximo domingo ante el Real Valladolid B, sin contar con una licencia federativa de primer entrenador, por lo que su técnico fichado para esta temporada 2020-21, el madrileño Julián Calero, no ha podido aún a día de hoy sentarse en el banquillo para dirigir a su equipo como a buen seguro le gustaría.
Se trata de una incómoda y preocupante situación que podría provocar al final de la temporada un descenso de categoría del club blanquinegro, y que viene motivada por la deuda contraída con el exentrenador del Burgos CF José María Salmerón y sus ayudantes, despedidos durante el pasado verano a pesar de tener contrato en vigor por una campaña más.
A todos ellos, y tras fallo del Comité Jurisdiccional de la Real Federación Española de Fútbol, se les adeuda la cantidad de 280.000 euros que el Burgos CF sigue sin reconocer, por lo que recurrió en su día a la justicia ordinaria para tratar de demostrar que no se trató de un despido improcedente y que la razón del mismo le asiste, ya que argumenta que Salmerón estaba negociando su fichaje con el UCAM Murcia teniendo contrato en vigor con el club de El Plantío.
Sin embargo, la decisión del juez competente se dilata en el tiempo, y en igual proporción se están alargando las semanas en las que el club blanquinegro no puede presentar en cada uno de sus partidos la licencia de Julián Calero como entrenador. Una situación que, lógicamente acarrea una serie de multas que empezaron siendo de 600 euros por el primer partido y que a día de hoy ascienden ya a un total de 48.000 euros.
Las cuentas son sencillas y las recoge el Artículo 130 Bis del Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol, aunque este reparte las sanciones por semanas (no por partidos) y ahí radica una de las dudas que podría provocar que la multa acumulada a día de hoy por el Burgos CF fuera aún mayor.
Si hablamos de partidos disputados sin licencia de entrenador, son un total de 11 (9 de Segunda B y 2 de Copa del Rey), por lo que la multa acumulada por todos ellos ascendería a 48.000 euros. Pero si el Juez de Competición de la RFEF estuviera tomando como base las semanas de competición ya transcurridas desde el sábado 17 de octubre, fecha de la disputa de la 1.ª Jornada del Grupo 1B de Segunda División B en el que milita el Burgos CF, la multa sería bastante más elevada.
Esta es la redacción del Artículo 130 Bis del Código Disciplinario de la Real Federación Española de Fútbol:
Artículo 130 bis. Infracción específica en materia de inscripción de entrenadores.
«El club que de acuerdo con la reglamentación federativa no tenga inscrito a un entrenador principal, será sancionado de acuerdo con la siguiente escala:
– Cuando la omisión se produzca durante una semana, la infracción será considerada de carácter leve y la sanción será de 600 €.
– Cuando la omisión se mantenga de dos a cinco semanas, la infracción será considerada de carácter grave y la sanción será de 1.200 € por la segunda semana, 1.800 por la tercera semana, 2.400 por la cuarta semana y de 3.000 € por la quinta semana.
– Cuando la omisión se mantenga durante por más de cinco semanas, la infracción será considerada de carácter muy grave y la sanción será de 4.000 € por la sexta semana y de 1.000 € más por cada semana que se mantenga la situación, con el límite de 30.000 €».
Así finaliza la redacción del Artículo 130 Bis, no quedando del todo claro en su último párrafo si el límite de 30.000 euros al que se refiere se considera la suma total de las multas acumuladas semana tras semana, o bien la máxima cantidad con la que se le puede sancionar a un equipo por no presentar licencia de entrenador.
¿De dónde salen los 48.000 euros?
Si equiparamos semana a partido disputado, las deudas acumuladas por el Burgos CF en lo que llevamos de temporada, y siempre por la carencia de una ficha de primer entrenador y según la redacción del Artículo 130 Bis, serían las siguientes:
Nueve partidos de Segunda B ya jugados: 600 € por el primero, 1.200 € por el segundo, 1.800 € por el tercero, 2.400 € por el cuarto, 3.000 € por el quinto, 4.000 € por el sexto, 5.000 € por el séptimo, 6.000 € por el octavo y 7.000 € por el noveno disputado el pasado domingo ante el Real Oviedo B. En total: 31.000 euros.
Pero, lógicamente, la sanción sigue su curso y aumenta con los dos partidos de Copa del Rey jugados por el Burgos CF, que a razón de 1.000 euros más por encuentro supondrían: 8.000 € por el partido ante el Andorra y 9.000 € por el partido ante el RCD Espanyol. En total: 17.000 euros más.
De ahí los 48.000 euros ya acumulados en multas por el Burgos CF SAD por carecer de ficha de primer entrenador, y que de no solucionarse la situación de Julián Calero en lo que resta de semana aumentarían en 10.000 euros más si el equipo blanquinegro tuviera que jugar el domingo ante el Valladolid B con idéntica problemática sin resolver.