Después de tres días sin ejercitarse en grupo, ya que dispuso de descanso durante todo el fin de semana pasado tras el aplazamiento de su partido ante el Real Valladolid B, y en la jornada de ayer lunes mantuvo una reunión en los vestuarios del Estadio Municipal El Plantío con Antonio Caselli, máximo accionista del club, y Miguel Pérez ‘Michu’, director deportivo; la plantilla del Burgos CF ha regresado este martes al trabajo para preparar su siguiente compromiso de liga.
El propio terreno de juego de El Plantío ha sido el escenario de este primer entrenamiento semanal de los jugadores blanquinegros a las órdenes de Julián Calero, y en el horizonte para todos ellos se encuentra el choque de este próximo sábado ante el Sporting de Gijón B (Ciudad Deportiva de Mareo, 15.30 horas), un equipo que actualmente es el colista del Grupo 1B de la Segunda División B pero que tiene dos partidos aplazados.
Durante cerca de dos horas la plantilla burgalesista se ha ejercitado con absoluta normalidad y con la confianza y la esperanza de que las palabras que les hizo llegar este lunes Antonio Caselli acaben convirtiéndose en hechos y el sábado Julián Calero pueda por fin tener su licencia federativa como entrenador y, como tal, sentarse en el banquillo para poder dar órdenes a sus jugadores a pie de campo.
No es esa la única preocupación de un equipo que hasta el momento está cumpliendo a la perfección en lo deportivo -líder de su grupo y con un partido pendiente por disputar- pero sin duda allanaría el camino y llevaría al Burgos a transitar por una cierta tranquilidad a la espera de que a nivel económico se despejen también las numerosas dudas que ahora mismo se ciernen sobre la entidad de El Plantío.
En busca de un lugar para entrenar
Otro de los frentes que ahora mismo tiene abierto el Burgos CF SAD es la imposibilidad de su primer equipo -no así el juvenil de División de Honor- de seguir entrenando en la Ciudad Deportiva de Castañares hasta que no salde la deuda que ahora mismo tiene contraída con el CD Burgos Promesas 2000 (más de 200.000 euros por dos mensualidades del equipo de Tercera División y seis mensualidades por la utilización de las instalaciones).
Por eso desde el club burgalés están buscando alternativas, otra instalación en la que poder entrenar para no utilizar en demasía el césped de El Plantío. Opciones posibles son Pallafría, el José Manuel Sedano o el Campo Bienvenido Nieto de San Amaro, pero en campos de hierba artificial, ya que los campos de hierba natural de Pallafría en principio están preservados por la Federación de Castilla y León de Fútbol debido a su delicado estado por las últimas precipitaciones de lluvia y nieve.
En definitiva, otro de los problemas a resolver para que el primer equipo del Burgos vuelva a la tranquilidad y puede entrenarse en las mejores condiciones posibles que requiere un equipo al que desde el principio se le transmitió el mensaje de que debe pelear por el ascenso a la Segunda División o al menos a la Segunda B Pro.
