Fumata blanca, al fin, en el Burgos Club de Fútbol, que este jueves ha cerrado por fin uno de sus principales frentes abiertos desde que empezó la presente temporada 2020-21. El club presidido por Franco Caselli ha alcanzado un acuerdo con su extrenador José María Salmerón, y con sus ayudantes de la pasada campaña, para saldar con ellos la deuda que tenía contraída tras proceder a su destitución el pasado verano cuando aún tenían un año más de contrato con la entidad burgalesista.
Fuentes del club blanquinegro y también el propio técnico madrileño confirmaban a Forofos Burgos que el acuerdo estaba cerrado -eran 280.000 euros aproximadamente lo que reclamaban el ahora entrenador del UCAM Murcia y sus compañeros de cuerpo técnico- y por lo tanto queda abierta la puerta para que el Burgos CF proceda a tramitar la ficha de su actual entrenador, Julián Calero.
Una gestión que el club de El Plantío realizará en la jornada de este jueves, y que por lo tanto permitirá a Calero, ya con la licencia federativa en su mano, sentarse este sábado en el banquillo para dirigir desde ahí, y no desde la grada, en el encuentro que el Burgos CF disputará a domicilio ante el Sporting de Gijón B (Ciudad Deportiva de Mareo, 15.30 horas).
Se cierra así un verdadero ‘culebrón’ que estaba suponiendo también un grave problema para el propio Julián Calero, que hace tiempo que dejó de comparecer en público y de realizar declaraciones de cualquier tipo, ni antes ni después de los partidos y tampoco concediendo entrevistas a ningún medio de comunicación.
Veremos si la resolución de este primer entuerto lleva ahora al Burgos a vivir unas semanas más tranquilo a nivel deportivo, mientras soluciona también su inestabilidad económica y trata de arreglar su desencuentro actual con el CD Burgos Promesas 2000, con el que sigue teniendo en vigor un contrato de filialidad que une a ambos clubes por las próximas 15 temporadas.