La ruptura de relaciones entre el Burgos Club de Fútbol SAD y el CD Burgos Promesas 2000, aunque a día de hoy sigue uniéndoles el convenio de filialidad que firmaron el pasado mes de junio por un periodo de 15 temporadas, sigue trayendo consigo consecuencias que sin duda no son nada buenas para la imagen de ninguno de los dos clubes, dañada por este motivo y que podría desencadenar al término de la presente campaña 2020-21 con la rescisión del mencionado convenio.
La última novedad al respecto hace referencia al equipo de la División de Honor Juvenil del Burgos CF, que esta misma semana ha dejado de realizar sus entrenamientos en la Ciudad Deportiva de Castañares por expreso deseo del club presidido por Franco Caselli, al contrario de lo sucedido hace un mes con el primer equipo blanquinegro, al que el Burgos Promesas ‘invitó’ a abandonar dicha instalación, y que posteriormente decidió ejercitarse entre los Campos de Pallafría y el Estadio El Plantío.
De hecho el equipo juvenil dirigido por Alejandro Robles ha comenzado también esta semana a ejercitarse en Pallafría y será en estas instalaciones donde empezará a disputar ahora sus partidos como local, empezando por el que le medirá este sábado al Getafe CF en el Campo Luis Pérez Arribas desde las 16.00 horas.
En el trasfondo de esta situación, la deuda que a día de hoy mantiene el Burgos CF con el CD Burgos Promesas por la utilización de la Ciudad Deportiva de Castañares y por varias mensualidades impagadas correspondientes al equipo del Burgos CF Promesas de Tercera División, inicialmente de su competencia tanto en su gestión deportiva como económica, pero que desde hace ya tres semanas ha pasado a ser responsabilidad del Burgos Promesas.
En definitiva, una situación que no viene nada bien a la que pretendía ser la cantera de referencia del fútbol burgalés y una de las más importantes de Castilla y León, y que esperemos que no afecte a un equipo como el Burgos CF de la División de Honor Juvenil, afanado esta temporada en lograr la permanencia en la categoría.
