Concluyó este domingo la Vuelta a Asturias para el Burgos BH y lo hizo sin el ansiado triunfo de etapa, pero con un balance positivo del equipo burgalés, que bajo la dirección de Rubén Pérez supo pelear sus opciones y fue de nuevo protagonista en el duro recorrido de la tercera y última etapa, que concluyó en el Alto del Naranco.
En la jornada que puso el broche a la carrera asturiana, Ángel Madrazo volvió a meterse en la fuga buena del día, como ya había hecho en la segunda etapa, pero en este caso el corte, con corredores de mucho nivel, no dispuso de más de 1:40 de margen sobre el pelotón.
Con las diferencias reducidas en el ascenso al Alto de El Violeo, el intento quedó sentenciado en su descenso, en el que la mala suerte se adueñó del Burgos BH después de que Óscar Cabedo y Alex Molenaar sufrieran sendas caídas. Además, en el caso del ciclista holandés, con un mayor alcance, por lo que se sometía a continuación a un meticuloso control médico para comprobar una posible fractura de clavícula.
Por su parte, Dani Navarro peleó con los mejores de la Vuelta a Asturias en la ascensión final al Naranco, cruzando bajo la pancarta de meta en el 10.º puesto, lo que le permitía ascender hasta el top-15 en la prueba de su casa y alzarse además con el premio al Mejor Asturiano de la carrera. Sin duda un buen resultado para él antes de continuar la próxima semana la competición en la Vuelta al Algarve.
Concluida la etapa, Rubén Pérez, director deportivo del Burgos BH, hacía un balance feliz de la misma. «Cada día se encuentra mejor Dani Navarro, que se ha quedado a solo 9 segundos del top-10 de la carrera y ha entrado muy cerca del grupo delantero en la subida del Naranco. Además, cada vez estamos más adelante en las carreras y esto es una gran noticia. La nota negativa han sido las caídas y las posibles consecuencias, en este caso para Cabedo y Molenaar. La carretera era peligrosa en esa bajada del Violeo y hemos tenido muy mala suerte», concluía Rubén Pérez.
