El Burgos BH cumplió con creces en su cuarta participación en el Tro-Bro Léon, clásica perteneciente a la Copa de Francia que volvió a suponer un gran desafío para todos los equipos participantes. Los 29 tramos de tierra repartidos en los más de 200 kilómetros, sumados al clima lluvioso y frío, endurecieron una carrera que tuvo protagonismo morado desde la fuga. George Jackson completó una de sus mejores actuaciones de la presente temporada y plantó cara al pelotón de favoritos hasta los últimos kilómetros.
El neozelandés se mostró activo en la parte inicial de la carrera y, tras un intento previo de su compatriota Aaron Gate, logró entrar en una escapada de siete ciclistas. Juntos hicieron camino, logrando hasta seis minutos de ventaja. El hecho de rodar en cabeza de carrera benefició al joven velocista del Burgos BH, ya que podía entrar bien posicionado en los diferentes ‘ribins’, sectores sin asfaltar, compuestos de grava, barro o incluso césped, seña de identidad de esta prueba bretona.
A unos 80 kilómetros del final, comenzaron los ataques en el pelotón, que fue perdiendo unidades en cada tramo de tierra que se superaba. Se palpaba la tensión entre los ciclistas y Clément Alleno sufría un pinchazo que le descolgaba del grupo. El grupo de Jackson mantenía un minuto de ventaja en el primer paso por la meta en Lannilis y hasta cinco ciclistas morados resistían en un grupo principal ya muy reducido. El neozelandés hizo un último esfuerzo en solitario para mantenerse al frente, pero acabó siendo alcanzado a menos de 25 kilómetros del final.
Los últimos sectores de tierra provocaron la selección final, reduciendo el pelotón a poco más de 30 corredores, entre los que aguantaban el propio Jackson, además de Antonio Angulo y Jesús Ezquerra. Ambos cántabros terminarían la prueba en 24ª y 27ª posición, respectivamente. Una prueba de supervivencia en la que el Burgos BH fue uno de los tres únicos equipos capaces de terminar con todos sus integrantes.
George Jackson resumía así la dura carrera francesa. “Fue un día muy duro, pero pude entrar en la escapada. La idea era rodar en cabeza del grupo para poder elegir la mejor trazada en los tramos de tierra. En la parte final, después de haber estado tanto tiempo en cabeza, empecé a notar fatiga en las piernas. Al final nos atraparon a unos 20 kilómetros de la meta, pero termino contento con mi actuación y la del equipo”
