El Silbö San Pablo Burgos cerró la temporada regular con una contundente victoria11 ante Estudiantes en un Coliseum entregado, que celebró con euforia una nueva exhibición de su equipo. En un partido con momentos de gran dominio local, ráfagas de tensión y un ambiente festivo de principio a fin, los burgaleses demostraron por qué han sido el equipo más sólido del curso, firmando un espectacular balance final de 32 victorias y solo 2 derrotas.
El ambiente era inmejorable en el Coliseum para recibir un duelo entre dos históricos del baloncesto nacional: San Pablo Burgos y Estudiantes. La grada, entregada desde el primer minuto, no tardó en demostrar su entusiasmo lanzando confeti tras el salto inicial, lo que obligó a detener momentáneamente el partido. Esa pausa pareció no afectar a los locales, que arrancaron con confianza y acierto, imponiendo un primer parcial de 10-5 que dejó claras sus intenciones.

an Pablo Burgos, liderado por un inspirado Cremo, encontró rápido el ritmo ofensivo mientras mantenía una defensa compacta. Estudiantes, algo más lento en la puesta en marcha, intentó responder con rotaciones desde el banquillo, pero se encontró con un rival ya asentado sobre el parquet y con las ideas muy claras. La solidez defensiva de los burgaleses y el acierto desde el perímetro obligaron al técnico visitante, Lezkano, a pedir un tiempo muerto con el marcador en 19-10.

Pese al parón, el guion del partido no cambió. San Pablo mantuvo su nivel con naturalidad, sin necesidad de forzar, y siguió sumando ante un Estudiantes que no encontraba el camino. La fiesta continuaba en la pista y se contagiaba en las gradas, que convertían el Coliseum en una olla a presión. El primer cuarto finalizó con un 29-20 que reflejaba tanto la superioridad local como el desconcierto visitante.
El segundo cuarto fue un monólogo burgalés. Todo parecía salirle bien al conjunto local: cada ataque encontraba su premio, cada defensa frustraba los intentos de reacción del conjunto madrileño. Cremo seguía brillando, bien secundado por sus compañeros, y Estudiantes comenzaba a perder los papeles, más preocupado por los árbitros que por el juego. La frustración visitante se materializó en una técnica señalada a Lezkano, que no tardó en ver cómo su banquillo también recibía una segunda sanción.

San Pablo, mientras tanto, jugaba con confianza, impulsado por una afición encendida que no paraba de animar.A cada minuto que pasaba, la diferencia en la pista se hacía más evidente. Burgos dominaba todos los aspectos del juego, desde el rebote hasta el ritmo de partido, y no daba señales de relajación. Estudiantes, incapaz de frenar la sangría, veía cómo la distancia en el marcador se ampliaba y cómo el Coliseum se convertía en una fiesta a la que ellos no estaban invitados.

Tras el paso por vestuarios, el partido cambió de tono. San Pablo Burgos, que había dominado con autoridad en la primera mitad, bajó el ritmo y perdió algo de intensidad tanto en ataque como en defensa. Estudiantes aprovechó esa relajación para reencontrarse con el aro y recortar distancias, encadenando buenas acciones ofensivas que lo volvieron a meter en el partido.
La reacción visitante no fue del agrado de Bruno Savignani, que detuvo el encuentro con un tiempo muerto para intentar reordenar a los suyos.Sin embargo, el parón no tuvo el efecto inmediato deseado. San Pablo empezó a encadenar errores no forzados y pérdidas de balón que dieron aún más vida a Estudiantes. La fluidez del juego local desapareció por momentos, y con un par de canastas bien trabajadas, los madrileños lograron acercarse a tan solo seis puntos (68-62).

En medio del desconcierto apareció Corbalán, que con un potente mate sobre Mus Barro y un tiro libre adicional, devolvió el ánimo a la grada y cerró el cuarto con una acción de carácter.La arenga surtió efecto en el arranque del último cuarto. San Pablo salió como una tromba, decidido a sentenciar el partido, y lo hizo con un parcial demoledor de 11-0 que puso el marcador en 81-64.

El equipo burgalés recuperó las sensaciones del inicio: defensa agresiva, circulación rápida de balón y un acierto demoledor. El público, entregado, celebraba cada jugada como si fuera la última. Pero en medio del vendaval local, llegó una acción polémica.Corbalán fue sancionado con una falta en ataque muy discutida que desató las protestas en el banquillo de San Pablo. Bruno Savignani fue sancionado con una técnica. Lejos de calmarse, siguió recriminando la decisión hasta ver la segunda técnica, que significó su expulsión. Camino del vestuario, el técnico fue despedido con una cerrada ovación por parte de la afición burgalesa, que reconocía su entrega y carácter.
Pese al incidente, San Pablo no perdió la compostura. Estudiantes mejoró en el tramo final, con mayor acierto exterior, pero ya era demasiado tarde para pensar en una remontada real. Los locales, seguros de su superioridad y con el partido prácticamente cerrado, se dedicaron a disfrutar y a dejar que el tiempo corriera sin más sobresaltos. El control del rebote y la solidez colectiva evitaron cualquier atisbo de reacción visitante.

Con el sonido de la bocina final, el Coliseum celebró no solo una victoria más, sino el broche dorado a una temporada histórica. San Pablo Burgos cerró la fase regular con un impresionante balance de 32-2, reafirmando su condición de favorito al ascenso. La grada lo celebró como se merecía: con orgullo, emoción y una certeza compartida de que el sueño sigue muy vivo.
FICHA TÉCNICA:
100– Silbö San Pablo Burgos: Dídac Cuevas (13), Pablo Almazán (5), Joe Cremo (16), Roberts Stumbris (3), Luke Fischer (5), -cinco inicial- Miha Lapornik (13), Emmanuel Wembi (0), Álex Barrera (11), Gonzalo Corbalan (16), Gyorgy Golomán (6), Dani Díez (12) y Joaquín Taboada (-).
88– Movistar Estudiantes: Rubio (6), Schmidt (6), Granger (11), Alderete (3), Barro (4) -cinco inicial- Sola (8), Díaz (8), Garino (3), Kravić (12), Alonso (21), Andric (5), Rodríguez (4).
Árbitros: Enrique Miguel López, Juan Ramón Hurtado y Eva Areste. Expulsado Bruno Savignani por doble técnica.
Cuartos: 29-20; 25-18 (54-38); 17-26 (71-64); y 29-24 (100-88)
Incidencias: Partido correspondiente a la trigésima cuarta jornada de Primera FEB disputado en el Coliseum ante 9.584 espectadores.