El Mirandés se quedó a las puertas del sueño tras rozar el ascenso a Primera División con la yema de los dedos, pero fue finalmente el Real Oviedo quien escribió su noche histórica en el Tartiere, volviendo a la máxima categoría 24 años después. El conjunto rojillo, que llegó a tener la eliminatoria a favor durante buena parte del encuentro, no pudo frenar el empuje ovetense en la prórroga y vio cómo un golazo de Portillo sellaba su destino.
En un Carlos Tartiere a rebosar y con la tensión a flor de piel, Oviedo y Mirandés libraron una auténtica batalla en los primeros 45 minutos por el último billete a Primera División. El conjunto visitante, que llegaba con la ventaja mínima del partido de ida, golpeó primero gracias a una jugada coral que Panichelli culminó de cabeza al cuarto de hora, silenciando al estadio asturiano.
El tanto fue un mazazo para los carbayones, que tardaron en reaccionar, pero poco a poco comenzaron a asentarse, especialmente con la figura de Cazorla tomando las riendas del juego desde el centro del campo. El veterano capitán ovetense fue ganando protagonismo a medida que avanzaba la primera parte, y su influencia terminó por traducirse en el empate: al minuto 38, transformó con frialdad un penalti provocado por una mano de Reina en el área. El gol devolvió la esperanza a una grada que había quedado helada con el tanto inicial del Mirandés y todo abierto, todo en juego para la segunda mitad.
El Real Oviedo logró remontar el marcador global con un gol que nació con una diagonal de Hassan, cuyo disparo rebotó en la cara de Tomeo y la acción continuó para que con Rahim con un centro raso hacia Chaira que la mandó al fondo de la red. A partir de ahí, el duelo se volvió un ida y vuelta eléctrico. El Mirandés tuvo en la cabeza de Izeta una gran ocasión a balón parado, pero Escandell apareció con reflejos felinos para salvar al Oviedo. El nerviosismo aumentó con la expulsión de Postigo, que desde el banquillo protestó de forma airada y dejó a los visitantes con uno menos en efectivos. Aún así, el Mirandés no se rindió y rozó el empate con un cabezazo picado de Panichelli que obligó a otra intervención heroica del arquero local. Pero la ocasión más clara fue para Alemão, que tras una jugada individual de potencia no pudo coronar su carrera con un gol que hubiera sido definitivo. Con el empate a dos en el global, el partido se marchó a la prórroga.
La prórroga en el Tartiere tuvo un único dueño emocional y futbolístico: el Real Oviedo. Los carbayones, más enteros física y mentalmente, comenzaron a inclinar el campo hacia el área rival, y el premio a esa insistencia llegó con una joya de Portillo que decantó la final.
-Ficha técnica:
3-Real Oviedo: Escandell, Nacho Vidal (Portillo min 82), David Costas, Dani Calvo, Rahim, Hassan (Luengo min 77), Sibo, Cazorla (De la Hoz min 72), Colombatto (Ahijado min 82), Ilyas Chaira (Paulino min 95), Fede Viñas (Alemao min 72).
1-Mirandés: Raúl Fernández, Hugo Rincón (Carlo García min 104), Tomeo, Egiluz, Parada (Alex Calvo min 105), Iker Benito, Reina (Ander Martín min 104), Gorrotxategi, Lachuer (Joel Roca min 91), Izeta (Butzke min 95), Panichelli.
Goles: 1-0 min 16: Panichelli. 1-1 min 39: Cazorla 2-1 min 52: Ilyas Chaira. 3-1 M.103: Portillo.
Árbitro: Sesma Espinosa. Amonestó a Fede Viñas, De la Hoz por el Oviedo y a Reina, Lachuer, Gorrotxategi por el Mirandés. Expulsó por roja directa a Sergio Postigo por protestar y a Egiluz por el Mirandés y Costas por el Oviedo por un enfrentamiento.
Incidencias: Partido correspondiente a la final por el ascenso celebrado en el Estadio Carlos Tartiere ante 29.624 espectadores, cerca de 500 aficionados desplazados desde Miranda de Ebro
