La Ciudad Deportiva de Castañares, la casa del CD Burgos Promesas 2000, se ha quedado huérfana y sumida en un amargo dolor. Desde este pasado miércoles ya echa de menos a uno de sus jóvenes inquilinos, un jovencito de solo 11 años, llamado Daniel Erazo Delgado, que hace unas horas nos decía adiós para siempre.
Allí, en los campos de fútbol de su equipo del alma, se palpa ahora el dolor y el silencio, ahora si cabe más atronador que nunca, por la marcha repentina de uno de sus ‘guerreros’, porque Daniel Erazo lo fue, vaya si lo fue, ya que no paró de pelearse con esa enfermedad que desde hace unos años quería negarle su sueño de intentar ser el siguiente Denis Cherychev del CD Burgos Promesas 2000.
De hecho, quiénes empearon a entrenarle con solo 5 años, cuando sus padres le inscribieron en el club de Castañares junto a su hermano gemelo Miguel, decían que tenía gestos de Cherychev y que podría llegar lejos, aunque en este caso jugando como extremo derecho, el puesto que le gustaba, y no en la banda izquierda del futbolista ruso.
Pero su camino no iba a ser de rosas y en mitad del mismo Daniel Erazo se encontró con una espina, una espina llamada Encefalitis de Rasmussen, una enfermedad neurológica inflamatoria, caracterizada por convulsiones frecuentes y severas y la pérdida de habilidades motoras y del habla.
Aun así, Daniel siguió pasando de categoría en categoría, desde prebenjamín hasta alevín, a la par de que iba siendo atendido por distintos médicos, el último en Madrid, con el que mejoró bastante, pero ya el año pasado tuvo que dejar de jugar con su equipo y sus compañeros del alma, algunos de los cuáles llevaban cinco años compartiendo plantilla con él.
Esta temporada, aunque no tenía ficha, entrenaba de vez en cuando con un equipo del Burgos Promesas dirigido por su padre, Marcelo Erazo, uno de los técnicos del club de Castañares, y además iba a ver los partidos del Infantil B, en el que juega su hermano Miguel.
El fútbol seguía siendo su pasión y su amigo inseparable, pero hace unos días el maldito Síndrome de Rasmussen volvió a llamar a su puerta y tuvo que ser ingresado en el HUBU. Y ahí ha estado peleando Daniel Erazo hasta que se ha cansado de correr y de rematar el balón, hasta el minuto 90 de su último partido.
Le dicen adiós con mucho dolor sus padres, Marcelo y Alicia, sus hermanos, Miguel y Noemí, y toda la gran familia del CD Burgos Promesas 2000. ¡Descanse en paz Daniel Erazo Delgado!
