La situación de no saber qué pasará con el futuro de numerosas competiciones deportivas que ahora mismo se encuentran suspendidas, aplazadas o canceladas debido a la pandemia del COVID19 o coronoavirus, ha llevado a muchos clubes en toda España a acogerse a distintos expedientes de regulación temporal del empleo (ERTE), para paliar así en una mejor medida las graves consecuencias económicas que para todos ellos va a provocar esta situación.
El deporte burgalés profesional no es ajeno a esta problemática y el primero en sufrirla más seriamente ha sido el Aparejadores Rugby Burgos, que se ha visto obligado a solicitar ante la Junta de Castilla y León la aplicación de un ERTE para su primer equipo, el UBU Colina Clinic que milita en la División de Honor del rugby masculino español.
Su presidente, Iñaki Sicilia, reconoce que no les ha quedado más remedio. «Los motivos son obvios. Si no hay competición, no hay entrenamientos, no hay partidos, los jugadores ni tan si quiera pueden trabajar en los gimnasios, no pueden hacer actividad alguna y estamos paralizados, no podíamos hacer otra cosa que acogernos a un ERTE hasta tanto en cuanto se levante el Estado de Alarma en España y todo vuelva a la normalidad».
Además, el máximo dirigente del Aparejadores Burgos va más allá. «Cuando eso suceda, todavía tardarán bastante los jugadores en poder volver a los entrenamientos, más allá de que desde la Asociación Nacional de Clubes de División de Honor hayamos pedido la suspensión definitiva de la competición, y la realidad es que los posibles ingresos que podíamos seguir teniendo se han paralizado y así es imposible poder costear las nóminas completas de todos los jugadores y el cuerpo técnico».
Ahora la directiva del Aparejadores Burgos debe aguardar la respuesta positiva de la Junta de Castilla y León en cuanto a si el club burgalés reúne todos los requisitos mínimos para poder acogerse a un ERTE, aspecto en el que confía el presidente del club, Iñaki Sicilia.
Problemas con la salida de algunos jugadores
Además, al club burgalés se le están acumulando los contratiempos en los últimos días, ya que varios de sus jugadores extranjeros, a los que les habían buscado vuelos de regreso a sus países correspondientes, están todavía en Burgos u otros puntos de España sin poder viajar.
«A día de hoy quedan por poder salir Ikifusi Matamu e Ikapote Tupai, que tienen pendiente poder volar a Samoa y Australia respecivamente, y los argentinos José Escuti y Nicolás Herreros. Estamos intentado acelerarlo todo lo que podemos, pero no está siendo fácil», reconoce Sicilia.
Del resto de extranjeros hay algunos como Juan Pablo Guido o Johan Wagenaar que siguen en Burgos porque tienen aquí a su familia, y los demás prácticamente ya están todos en sus países de origen.
¿Y si se cancela definitivamente la temporada?
El otro escenario posible que podría encontrarse el UBU Colina Clinic, y con él todos los demás clubes de la División de Honor, sería el de la cancelación definitiva de la temporada 19-20. En ese caso, según confirma el presidente del Aparejadores, los contratos de jugadores y técnicos quedarían parados en la misma fecha.
«Si eso sucediera se cancelarían todos los contratos, dejarían de tener vigencia desde la fecha de la suspensión definitiva de la temporada por finalización de obra, se podría decir. La verdad es que es una situación muy complicada y conflictiva para todos los equipos, y algo en lo que nadie quería haberse visto abocado, y por eso a diario estamos teniendo los clubes reuniones por videoconferencia y hablando con la Federación Española para ver cómo se reconduce la situación», concluye Iñaki Sicilia.
