El pasado miércoles 11 de marzo, en el Centro Cívico Río Vena, Jorge Ausín Briongos (28 años), palista del Universidad de Burgos TPF de la Superdivisión Masculina, primer equipo del Club Burgos TM, disputó sin saberlo el que iba a ser su último partido en la máxima categoría del tenis de mesa nacional.
Lo hizo además logrando una más que meritoria victoria por 3-2 ante el egipcio Ahmed Alyased, jugador que solo había perdido hasta entonces cinco partidos en toda la temporada, aunque para desilusión de Ausín y sus compañeros de equipo, al final del encuentro el triunfo global se lo llevó su rival, el Club Borges TM, por 2-4.

Solo dos días después se decretaba la paralización de todas las competiciones nacionales debido a la expansión de la pandemia del COVID19 -campeonatos que en el caso del tenis de mesa ya no se van a reanudar por lo que a la campaña 2019-20 se refiere- y poco tiempo más tarde nuestro protagonista, Jorge Ausín, confirmaba a su club la decisión de no seguir jugando en el equipo burgalés de Superdivisión, en el que ha militado los diez últimos años.
¿La decisión de abandonar el UBU TPF de la Superdivisión Masculina es definitiva?
Sí, es definitiva. Jugar de forma continuada, como jugador del primer equipo, no lo voy a hacer. Solamente en caso de necesidad, por la lesión de un compañero o algún contratiempo, le sustituiría, pero de forma esporádica.
¿Por qué adopta esta medida siendo aún muy joven, con solo 28 años de edad?
Sobre todo por mi dificultad para compaginarlo con mi trabajo, ya que de cada cinco fines de semana me toca trabajar tres, y esto me complica mucho la posibilidad de jugar, sobre todo en los partidos fuera de Burgos. Además, hay jugadores jóvenes en el club con gran nivel y una clara progresión, y por eso creo que es hora de dejar paso a la cantera, que viene pisando fuerte.

¿Ha sido una decisión que venía meditando ya desde hace tiempo?
Sí, desde hace unos años. Mentalmente cada vez me estaba costando más compaginar el trabajo y los entrenamientos, que en mi caso ya no tienen la intensidad de años atrás. Además, perder ante rivales a los que antes ganaba no me dejaba tener la conciencia tranquila al ver que no era capaz de dar lo mejor de mí en cada partido.
¿Va a ser un adiós al Club Burgos Tenis de Mesa o va a seguir ligado a él?
No, en el club voy a seguir, pero ahora jugaré sobre todo en el segundo equipo masculino, el de División de Honor. Además, seguiré entrenando a la cantera ayudando en todo lo que pueda.

Después de diez temporadas en la Superdivisión, ¿con qué recuerdo en positivo se queda?
Sin duda la Copa del Rey de la pasada temporada 2018-19 disputada en Guadalajara. Alcanzar la final tras superar en semifinales al Priego TM de Córdoba, que era el gran favorito, y luego tener en nuestra mano la victoria en la final disputada ante el Arteal de Santiago de Compostela, han sido el principal logro del club y también el mío. Qué pena que se nos escapara al final el título.
Ha compartido equipo con muchos y muy buenos jugadores, nacionales y extranjeros. ¿A cuál de ellos destacaría por su alto nivel de juego?
Sobre todo al último chino que jugó con nosotros hace dos temporadas, Li Zhuoyang, que probablemente ha sido el mejor jugador que ha pasado por Burgos. Creo que no perdió ningún partido y la pena es que no pudo jugar muchos encuentros de esa temporada debido a sus compromisos internacionales.

¿Y el más amigo, el mejor compañero?
Me quedaría con varios. Con Miguel Ángel Vilchez tengo una gran amistad y ahora, con mis últimos compañeros, Carlos Caballero y Alexandru Cazacu, también tengo una gran relación. Con la mayoría de jugadores que han pasado por el club y siguen jugando en España, sigo manteniendo contacto
Dos jugadores jóvenes de la cantera como Miguel Núñez y Daniel Berzosa han debutado ya en la Superdivisión. ¿Les ve en unos años asentados en la categoría?
Segurísimo. Miguel es más mayor y lleva ya dos años en la Blume de Madrid. Está muy preparado a nivel técnico y solo le falta trabajar más su mentalidad y concentración, pero es lógico por su juventud. Y lo mismo pienso de Daniel, que es más joven y sobre todo sufrirá en los primeros partidos, pero ambos tienen un gran futuro.
En sus diez temporadas en el primer equipo ha jugado varios años una competición europea (Nancy Evans, ETTU Cup, Europe Cup), pero nunca han pasado de la segunda fase de grupos. ¿Es un poco la espina que se le queda clavada?

Puede ser. Sobre todo este último año, que jugamos en Burgos, ante nuestra afición, y nos vimos privados del pase a octavos de final en un triple empate en el que acabamos terceros. Nos dejó un poco tocados a todos porque teníamos equipo para habernos clasificado.
¿Y de todas las victorias individuales que ha conseguido, con cual se queda?
Sin duda la que logré en las semifinales de la Copa del Rey ante el jugador chino del Priego TM, Han Qihao. Estábamos empatados a dos juegos (2-2) y en el quinto y definitivo perdía por 10-6. Sin embargo, supe reaccionar, le hice un parcial de 6-0 y acabé ganando el juego por 10-12 para lograr así el punto definitivo que nos metió en la gran final de la Copa. ¡Fue increíble!
¿Cuando deje finalmente de jugar en cualquier competición, tiene pensado seguir vinculado al tenis de mesa como entrenador?
Sí, lo tengo muy claro. La pala nunca la voy a dejar. Me gusta mucho enseñar a los niños, de hecho es posible que dos sobrinos míos empiecen a jugar en un par de años, y ver cómo van progresando gracias a su trabajo y a lo que tú les enseñas es motivación suficiente para seguir.

Por último. ¿Qué es el tenis de mesa para Jorge Ausín?
El tenis de mesa es mi vida, el deporte que me llena y me ha dado muchas alegrías, y así seguirá siéndolo durante muchos años más.