El deporte burgalés sigue deparándonos claros ejemplos de que nadie está libre de ser atrapado por el COVID19, y el último ejemplo de ello lo encontramos en el fútbol sala y en una de las jugadoras del Juferma Motor FS La Amistad de la Primera División Regional Femenina.
María Gutiérrez Ahedo ‘Guti’ (32 años) ha jugado al fútbol y el fútbol sala durante toda su vida. Desde sus inicios en el Alba Castellae, jugando al fútbol 7 siendo benjamín, y su continuidad en el CD Nuestra Señora de Belén, llegando a su primer equipo; hasta su paso por el fútbol sala escolar en el IES Pintor Luis Sáez y, posteriormente, en torneos como el Inter Parroquial, el Interpeñas (Peña Los Gamones) y el Trofeo La Amistad (Bar El Abuelo).
Desde este último hace dos años dio el salto al equipo federado del FS La Amistad, en el que ha disfrutado, hasta que fue interrumpida por la pandemia del coronavirus, de su segunda temporada en la categoría Regional Femenina de Castilla y León.
En Punta Cana empezó todo
Precisamente, en plena campaña aprovechó para hacerse una escapada a Punta Cana junto a una amiga, y a partir de ahí empezó para ella una auténtica odisea que a día de hoy todavía no ha terminado. Mañana podría ser ese día.
«Estando en Punta Cana fue justamente cuando se fijó en España el Estado de Alarma y desde allí nos empezamos a informar por televisión y por WhatsApp de lo que estaba pasando. Nosotras hacíamos vida normal de playa, visitas y excursiones programadas, pero ya entonces empecé a tener un poco de miedo al regreso y la incertidumbre de si podríamos volver sin problemas. Afortunadamente, gracias al apoyo desde la agencia de viajes, pudimos volver el día que teníamos fijado«, apunta María Gutiérrez ‘Guti’.
El 17 de marzo ya estaban de regreso en Burgos y ella aparentemente sin síntomas, aunque su amiga sí había pasado por una pequeña etapa de días con pérdida de olfato que luego pudo recuperar, así que hasta ese momento una y otra respiraban tranquilidad.
Inicio de su particular confinamiento
Sin embargo, llegó ese primer fin de semana posterior a la instauración del Estado de Alarma y fue entonces cuando, precisamente Guti empezó a alarmarse. Además, con la duda de donde podría haberse contagiado: ¿En Punta Cana, en el aeropuerto de salida, en Barajas, etc?
«Al poco de llegar de Punta Cana empecé a tener algo de fiebre, algún escalofrío y tiritonas, además de toser bastante, y al llegar el fin de semana empeoré. Consulté al médico de mi trabajo, Proyetc PC, ya que el lunes debía empezar a trabajar, y me dijo que fuera a mi Centro de Salud. Así lo hice y tras verme los síntomas me recetó dos antibióticos y paracetamol para los siguientes quince días y ver cómo evolucionaba, días en los que estuve en mi habitación sin poder salir, solo al baño, y con mis padres llevándome la comida«, relata la jugadora del FS La Amistad.
Fue solo el inicio para Guti de un largo vía crucis. Y es que superados esos quince días, y creyéndose recuperada tras pasar 2-3 jornadas sin síntomas, volvió a recaer. «La tos realmente no se me había ido nunca del todo, pero es que además volví a tener fiebre, temblores y sobre todo un dolor de cabeza horrible. Conclusión, otros 15 días más aislada en casa con medicación, desde mediados del pasado mes de abril, y así hasta el pasado 1 de mayo, al que llegué creyéndome recuperada».
Falsa percepción. Ese día, por fin, le pudieron hacer el test PCR en el hospital de campaña montado en el parking de San Amaro, en los bajos del módulo cubierto de atletismo, y tristemente para María Gutiérrez ‘Guti’ dio positivo. «Me eché una llorera tremenda. No me lo esperaba para nada, porque realmente me encontraba muy bien. No me lo podía creer, pero tuve que volver a la medicación, ahora durante una semana».
Finalmente, este sábado 9 de mayo tanto Guti como sus padres fueron sometidos a un segundo Test PCR y será este lunes 11 cuando conocerán el resultado del mismo. «Espero que sea negativo, porque vuelvo a estar de nuevo bien, aparentemente. Mes y medio metida en mi habitación se me está haciendo eterno, y más desde que se puede salir a la calle a hacer deporte».
¿Y el fútbol sala?
Precisamente deporte, a pesar se sus molestias, no ha dejando Guti nunca de practicarlo, siendo para ella su mejor herramienta de escape en el reducido espacio de su dormitorio.
«Todos los días me he conectado por Instagram a los directos de mi gimnasio, Altafit, y he hecho todo aquello que he podido, pero siempre en estático y sin aparatos, ya que no cuento con ninguno. Además, el abdomen me sigue doliendo un poco, así que algunos ejercicios, caso de las abdominales, me cuestan bastante. Y ya directamente relacionado con el fútbol sala, tocar, toco el balón, pero solo golpeándolo contra la pared, poco más puedo hacer», señala María Gutiérrez ‘Guti’.
Tanto para ella como para sus compañeras del Juferma Motor La Amistad la temporada ha acabado, pero lo que Guti quiere realmente que termine es su batalla contra el coronavirus, «una enfermedad realmente extraña y compleja que no he llegado todavía a entender», concluye María Gutiérrez ‘Guti’.