Acabó el partido en el Estadio Francisco de la Hera de Almendralejo con la victoria del Burgos CF SAD ante el Athletic de Bilbao B por 1-0, resultado que daba al equipo blanquinegro el ascenso a la Segunda División 20 años después del vivido en 2001 en El Plantío ante el CD Ourense (victoria también entonces por 1-0), y los integrantes de la plantilla burgalesista, después de compartir el éxito con los aficionados desplazados a tierras extremeñas, se refugiaron en su hotel de concentración, a las afueras de Mérida, para seguir con la celebración de forma privada.
Pocas horas de sueño después, y tras reponer fuerzas con un potente desayuno, los ‘Héroes de Almendralejo’ emprendían viaje de regreso a Burgos para poner así el punto final a una exitosa temporada en la que, finalmente, habían cumplido con el objetivo que desde el inicio del curso se había marcado el club burgalés: el ascenso al fútbol profesional.
Sin embargo, aún les restaba una última parada, en su mausoleo del Estadio El Plantío para recoger su vehículo personal y marcharse a casa a descansar con la satisfacción del deber cumplido. Aunque para ello, y pasadas ya las 7 de la tarde, tuvieron que cumplir primero con ser partícipes de la fiesta que les tenía preparada el club presidido por Franco Caselli: una recepción por todo lo alto por parte de más de 1.000 aficionados que se habían personado en el estadio blanquinegro, abierto para la ocasión.
Entre ellos, los jugadores del Burgos CF de la División de Honor Juvenil, que fueron los encargados de hacer un pasillo a los jugadores y técnicos del primer equipo, que uno a uno fueron saltando al terreno de juego vitoreados por sus seguidores, ávidos de ganas de fiesta y conexión con sus futbolistas, que tanto les han hecho disfrutar esta temporada.
Entre los aficionados se encontraban algunos recién llegados también desde tierras extremeñas, pero sobre todo muchos de los que no tuvieron la suerte de poder estar en Almendralejo. Unos y otros, receptivos ante la improvisación de Pisculichi y Álvaro Rodríguez, megáfono en mano, y que especialmente se mostraron efusivos jaleando a Julián Calero, el entrenador del Burgos CF, principal artífice del ascenso, y a jugadores como el capitán del equipo, Eneko Undabarrena; el goleador ante el Athletic B, Saúl Berjón; el único burgalés de la plantilla, Míchel Zabaco; o el más pequeñín en estatura pero grande en carisma y calidad como jugador, el sevillano Juanma.
Y con ellos, el resto de componentes del equipo blanquinegro, que no dejó de cantar, aplaudir y corresponder al calor recibido por parte de sus aficionados, y todo ello ante la mirada de Antonio y Franco Caselli, CEO y presidente del Burgos CF SAD, que contemplaron la fiesta desde el palco de El Plantío.
Y así compartieron más de una hora junto a los suyos, los sufridores de la grada que despidieron a sus jugadores con gratitud por lo recibido, el ascenso a la categoría de plata de nuestro fútbol, y el deseo de volverse a encontrar con muchos de ellos la próxima temporada.
La celebración continúa este martes
En cualquier caso, aún les resta a unos y otros, seguidores y equipo, un acto más, el que tendrá lugar este martes a las 19.00 horas en el Fórum Evolución de Burgos, en el que se celebrará la recepción oficial del Ayuntamiento de Burgos a los campeones, a los que han obrado este milagro -empezaron la temporada en la Segunda División B un total de 102 clubes y solo han ascendido 4- de escalar ese duro peldaño que te adentra en el fútbol profesional.
Ahí estará el Burgos CF la próxima campaña.
