La VIII Vuelta Ciclista Internacional Júnior a la Ribera del Duero, prueba que se inicia este viernes y se prolongará hasta el domingo con la disputa de tres etapas, contará con la participación del conjunto local, el Recambios Callejo de Aranda de Duero. Una escuadra que prepara con ilusión y máxima dedicación su actuación en la ronda ribereña, y que en la última edición logró que uno de sus corredores, Juan Hermosa, se enfundara el maillot granate y gris al mejor corredor castellano y leonés.
No obstante, tanto el curso pasado como en anteriores ediciones han acreditado ser una de las escuadras más combativas de la vuelta, por lo que, este curso, aspiran tanto a renovar la victoria en el maillot regional como en ser un equipo protagonista.
Buena culpa de los éxitos cosechados la tiene su director, Héctor García, quien conoce palmo a palmo cada kilómetro de recorrido de la ronda y quien trata de poner todo ese conocimiento al servicio de sus seis corredores. De hecho, el trabajo está listo para la salida este viernes 23 de agosto en Castrillo de la Vega, donde tomará la salida un equipo “competitivo”, como explica el propio García que mantiene los objetivos de años anteriores y que en esta edición será la única escuadra castellano y leonesa del pelotón.
En cuanto a los ciclistas arandinos, estará Paul Abejón en el Loiumat – Punta Galea y Bruno Soria, del Recambios Callejo, quien tratará de quitarse la espina del curso pasado cuando una inoportuna lesión le impidió tomar parte de la carrera. Esta vez, Bruno Soria llega en un gran estado de forma y será uno de los puntales del equipo gracias a su valentía. “Queremos que se deje ver, como está haciendo últimamente”, relata García.
En cuanto al resto de componentes del equipo arandino, se encuentra el alcalaíno Alfredo Calzada, quien ya se ha llevado dos citas esta temporada, el Memorial Emilio Fernández y Valdefresno. “Lo da todo por el equipo”, explica su director, quien desea que le salgan las cosas y pueda estar lo más arriba posible. Al igual que los citados ciclistas del Recambios Callejo, el salmantino Daniel López también es ciclista de segundo año. De hecho, tomó partida en la Vuelta Ciclista Júnior a la Ribera del Duero el año pasado, aunque un problema mecánico le jugó una mala pasada.
En cualquier caso, la experiencia en una cita de este calibre será muy útil tanto para él como para todo el plantel. La preparación para la cita ha sido óptima a juzgar por su estado de forma, y tratará de jugar sus bazas desde la primera etapa. Otro de los componentes del Recambios Callejo será el salmantino de segundo año Samuel Alonso. “Espero que la Vuelta a la Ribera sea su carrera. Está teniendo una evolución muy grande. Puede entrar en fugas y pelear ciertas clasificaciones.
Respecto a los corredores del Recambios Callejo de primer año, es decir, nacidos en 2007, está el salmantino Pablo Polo, un corredor polivalente que “es capaz de liderar al equipo y sacar lo mejor de todos”, señala García, que tiene confianza ciega en cada una de sus bazas para la cita. Ha dejado atrás una caída y ya ha demostrado en tierras portuguesas estar recuperando sensaciones. Por último, estará el salmantino Iker García, un hombre ideal para estar bien posicionado cuando la carretera se convierte en un rompe-piernas. “Va de menos a más en cada vuelta”, apunta Héctor García.
Con respecto a la ronda, Héctor García considera que será más dura que en otras ocasiones, especialmente por la segunda y tercera etapa. En la primera jornada, cuyo recorrido es de tan solo 67 kilómetros entre Castrillo de la Vega y Haza, lo que augura una jornada de gran velocidad y “nervios”, con un final de repechos por una carretera estrecha que también conllevarán riesgos, por lo que los ciclistas deben estar “muy atentos”. Una jornada “muy bonita para el público” tanto por la belleza de Haza como por la posibilidad de ver llegar la carrera desde la meta a muchos kilómetros de distancia.
En cuanto a la segunda etapa, entre Langa de Duero y la Laguna Negra de 119 kilómentros, García cree que puede marcar diferencias por la dureza, no solo del ascenso a la Laguna Negra, sino por la subida anterior a Cabeza Alta. “Creo que en esta etapa se va a resolver la Vuelta”, apunta García, aunque destaca que, si llegan dos corredores juntos al final de esta etapa, las bonificaciones del último día serán fundamentales.
Precisamente, Héctor García recuerda que el año pasado la tercera etapa se endureció por el viento de forma notable, mientras que el trazado de esta edición se antoja aun más exigente sobre el papel, con 106 kilómetros con salida y llegada en Aranda de Duero.
