Su gusto por el fútbol viene desde pequeña y, como muchas niñas de Burgos, decidió enrolarse en el CD Nuestra Señora de Belén, en el que empezó a disfrutar con el balón en los pies. Sin embargo, no tardó en darse cuenta que también le atraía eso de arbitrar y poner orden en el partido, y tras dos años compatibilizando ambas labores decidió aparcar el balón y cambiarlo por otros dos compañeros de viaje: un silbato y un banderín.
Se llama Adriana García Fernández, burgalesa de la capital por los cuatro costados, tiene 27 años y este domingo iniciará su tercera temporada dirigiendo partidos como árbitra asistente en la Primera División Femenina (Liga Iberdrola), máxima categoría nacional. Sin embargo, esta campaña será la primera como tal con la puesta en marcha de un grupo específico de árbitras y otro de asistentes para dicha categoría.
¿Feliz con este nuevo paso adelante?
Mucho. Me está felicitando mucha gente desde que salió la noticia publicada y la verdad es que estoy muy contenta. Somos cuatro mujeres de Castilla y León las que hemos llegado hasta aquí, dos como árbitras y dos como asistentes, y creo que hay que valorarlo.
Su acercamiento al arbitraje empezó tarde, a los 18 años, pero ya no lo pudo dejar.
Así es. Estuve dos temporadas jugando con el Nuestra Señora de Belén y arbitrando al mismo tiempo, pero llegó un momento en el que me di cuenta de que disfrutaba más arbitrando, así que con 20 años dejé de jugar y me volqué ya en el arbitraje para intentar ir subiendo de categoría paso a paso.
Porque empezar, ¿empezaría arbitrando a los prebenjamines?
Como todos, y con mucha ilusión y un gran recuerdo de aquella etapa del fútbol 7. Luego fui subiendo de categoría, benjamín, alevín, infantil –ya es fútbol 11-, pero en esos inicios no me llegué a plantear seriamente la posibilidad de llegar lejos en el arbitraje.
¿Y qué cambió?
Sobre todo yo misma, que decidí tomármelo en serio físicamente y también a nivel del estudio de las reglas del juego. Tiene que saber la gente que cada año los árbitros hacemos dos exámenes sobre reglamentación, vídeo test y pruebas físicas, y hay que ir superando todos para poder ascender de una categoría a otra. Eso solo se hace con dedicación y muchas ganas.
Y así, poco a poco, hasta la máxima categoría nacional femenina.
Pues sí. Pasando por todas las etapas, llegando como árbitra principal a dirigir partidos en las categorías cadete y juvenil regional o en la sénior provincial de Burgos, y empezando a salir también como árbitra asistente a encuentros de Regional Aficionados o la Tercera División.
¡Dos categorías de mucho respeto las dos últimas, no!
Pues sí, porque en ambas abundan los equipos de pueblos cuyos campos a veces no tienen ni gradas y la gente está muy cerca de la banda, y la presión es muy grande, pero hay que saber convivir con ello.
Y a ese respecto, ¿ha cambiado el comportamiento del aficionado hacia las mujeres que arbitráis, y en muchos casos partidos jugados por hombres?
Todavía tienes que oír a veces algún comentario suelto por parte de algún aficionado que busca como ofenderte por ser mujer, pero por parte de los entrenadores, jugadores o directivos el trato es generalmente bueno y creo que por fin hemos logrado que ver arbitrar a una mujer sea algo normal.
Ahí está el caso de Guadalupe Porras, árbitra asistente en la Primera División masculina.
Por ejemplo. Ella es ahora todo un referente para todas las demás mujeres que estamos arbitrando fútbol, y lo mismo Marta Huerta, que es árbitra principal de Segunda División B. Para llegar hasta ahí han tenido que luchar mucho y hacerse valer, y ahora vemos las demás que sí se puede.
¿Sería este también su sueño?
Bueno, vamos poco a poco. El primero sería subir como árbitra asistente a Segunda B y luego mantenerse en la categoría, que muchas veces es lo más complicado. Y a partir de ahí, llegarían la Segunda y la Primera División, pero de momento tengo que centrarme en la Primera División Femenina y en la Tercera División y la Regional Aficionados masculinas, en las que también voy a seguir como asistente.
Este domingo abre una nueva temporada en el Deportivo-Espanyol. ¿Ansiosa?
Pues un poco sí. Voy con Verónica González, de León, como principal, y siempre hay nervios. Además, el Dépor es un equipo que se estrena en la categoría y por lo tanto será un estadio nuevo, un ambiente nuevo y hay que estar preparada para todo.
Y Adriana García, a fe que lo está. Si no fuera así, no habría dirigido la temporada pasada una de las semifinales de la Copa de la Reina, además la que más atención centro, el duelo Atlético de Madrid-Barcelona. Ella fue una de las árbitras asistentes y dejó muy alto el pabellón de Burgos.
Ese que en el arbitraje, años atrás, llevaron con lustre figuras como los hermanos Santamaría Nicolás, Sainz de Lomas, Llorente Carcedo, Ortega Nájera o Díez Cano, por citar solo unos pocos. “Ya me gustaría seguir sus pasos, ya. Algunos de ellos han sido el espejo en el que mirarme, y a nivel nacional el que más me gusta es Gil Manzano”, concluye Adriana García en esta entrevista concedida a Forofos Burgos.