Año tras año, temporada tras temporada, la familia del Aparejadores Rugby Burgos, cuyo primer equipo, el Universidad de Burgos Bajo Cero, milita en la División de Honor, no deja de aumentar, de crecer, para tener cada vez unos cimientos más sólidos en los que sostenerse y tener salvaguardado su futuro durante muchos años.

Detrás hay ya un buen número de campañas apostando por la cantera, por el rugby base como única manera de tener garantizada la continuidad y el relevo para quienes hoy en día integran su primera plantilla, y responsables de ello son un buen número de exjugadores que tienen ahora la responsabilidad de formar como a ellos les formaron, y de dirigir una escuela de formación que poco a poco va asentándose como una de las mejores canteras de Castilla y León.

Espejos como los del VRAC Quesos Entrepinares y el SilverStorm El Salvador de Valladolid son los perfectos ejemplos en los que mirarse, y siguiendo sus pasos, en el Aparejadores Burgos se llevan ya muchos años haciendo bien las cosas en este sentido. De ahí que en la presente temporada 2020-21, y a pesar de que por culpa de la pandemia del COVID19 no se han podido poner en marcha las competiciones para las categorías inferiores -solo se están disputando algunos partidos amistosos-, se mantenga un proyecto sólido de cantera y muy numeroso.
Hablamos de más de 180 niños y niñas pertenecientes a las categorías que van desde sub’6 hasta sub’18, escalando de dos en dos años, y de cerca de una veintena de entrenadores y monitores que cada fin de semana, desde que los protocolos sanitarios lo han permitido, se desviven por unos jóvenes jugadores ansiosos de empaparse de las reglas y los grandes valores deportivos y humanos de los que te impregna un deporte como el rugby.

Trabajo en dos epicentros, San Amaro y Villariezo
Ramón Javier González Gil ‘Monchín’ es una temporada más el coordinador de la cantera del Aparejadores Rugby Burgos. Una labor de formación que este curso 20-21 está dividida en dos escenarios distintos, el Campo Bienvenido Nieto de San Amaro, en el que se ejercitan los equipos sub’16 y sub18 -los que están más cerca de empezar a dar relevo al equipo sub’23 del club burgalés-; y la localidad de Villariezo.

Desde hace algo más de un mes, el resto de categorías inferiores del Aparejadores entrenan en este pueblo del Alfoz de Burgos, que cuenta con unas instalaciones ideales para el trabajo con la base. Así, los más pequeños de la cantera universitaria (equipos sub’6 y sub’8) entrenan en un pequeño campo de fútbol-7 situado enfrente del polideportivo municipal de Villariezo, y los tres equipos restantes (sub’10, sub’12 y sub14) trabajan en el campo de fútbol-11, más grande y que cuenta incluso con vestuarios y almacén para poder guardar su material de entrenamiento. Y todos sus jugadores con la mascarilla sanitaria protegiéndoles continuamente.

‘Monchín’ reconoce que están encantados con esta nueva sede de Villariezo que les ha abierto sus puertas. «Este año estaba siendo todo muy difícil porque no veíamos la manera de poder empezar a trabajar con los niños. Todo se complicaba debido al coronavirus, y ahí apareció como salvador el Ayuntamiento de Villariezo que nos brindó la posibilidad de utilizar sus instalaciones, y gracias a ello hemos podido poner en marcha de nuevo nuestra cantera».
Además, según confirma el coordinador de la base del Aparejadores, «los niños estaban con muchas ganas, como locos por poder volver a entrenar, casi como toros sin picar, y haberlo hecho posible nos llena de orgullo, ya que no hay nada más bonito que trabajar con la base. Llevan ya algo más de un mes entrenando, e intentaremos llegar hasta finales de junio o incluso el mes de julio prácticamente».

En cuanto a las instalaciones que tienen a su servicio en Villariezo esta temporada, Ramón González solo tiene buenas palabras. «Si te dijera que estamos contentos, poco sería. Estamos encantados y por esos tenemos que agradecer enormemente a todo Villariezo, y a su alcalde en nombre de todos, la forma en la que nos reciben los viernes y sábados, días en los que venimos a entrenar, y los medios que han puesto a nuestro alcance».
De hecho este enlace Villariezo-Aparejadores RB ha posibilitado que algunos niños de esta localidad se hayan decantado también por la práctica del rugby. «Así es. Tenemos unos cuantos niños que han empezado este año, sobre todo en las categorías de los más pequeños, y eso es otro aspecto para tener contento al pueblo. Imagina que alguno de ellos, con el paso de los años, acaba llegando al primer equipo. Sería un orgullo para Villariezo y también para nosotros«.

Por último, ‘Monchín’ agradece también el apoyo de la Fundación Caja Rural, principal patrocinador de la cantera del Aparejadores. «Caja Rural lleva ya unos cuantos años a nuestro lado y gran culpa de lo que llevamos hecho a nivel de base es sin duda gracias a su ayuda y a la de otros pequeños patrocinadores que también nos echan una mano».

Javier Saiz, alcalde de Villariezo: «Estamos encantados de tener a la cantera del Aparejadores en nuestro pueblo»
Que la satisfacción es recíproca lo constata el alcalde de Villariezo, Javier Saiz García, principal responsable junto con el concejal de Deportes, Miguel Ángel González Díez, de que la cantera del Aparejadores Burgos se ejercite este año en esta localidad del Alfoz. «Estamos muy orgullosos de que nos hayan elegido para practicar aquí un deporte con los valores de formación tan importantes que tiene para los niños, como es el rugby. Estamos encantados».

Además, asegura que lo que les convenció para dar cobijo a las categorías inferiores del rugby burgalés fue «el protocolo sanitario tan detallado que nos presentaron y que cumplen a rajatabla. Con la situación de pandemia que tenemos actualmente eso era muy importante y da gusto ver cómo todos los niños se esfuerzan por tener la mascarilla puesta, los entrenadores también y como cumplen con todas las medidas. Por eso no tuvimos ningún problema en cederles nuestras instalaciones».
Lógicamente, según confirma el regidor del municipio, también Villariezo se está beneficiando de la presencia de tantos niños y padres que cada viernes y sábado pueblan sus calles. «Así es. Tenemos dos bares que están muy contentos, porque en estas semanas de frío que llevamos son muchos los padres que les visitan, y al final el pueblo sale también ganando con ello. Se nota que hay actividad y eso siempre redunda en beneficio nuestro para que Villariezo se conozca cada vez más«.

Por último, Javier Saiz reconoce que «sería un orgullo» que alguno de los niños de Villariezo que se han apuntado este año a la cantera del Aparejadores, acabara llegando al primer equipo. «Eso sería fantástico para nosotros, como la culminación de que apuestas como esta que hace Villariezo por el rugby siempre tienen sentido y son buenas«.
En definitiva, más de 180 pequeñas semillas que ya están esparcidas por los campos de Villariezo y que esperemos que a medio y largo plazo den frutos importantes que sean el sostén del rugby burgalés de las décadas venideras. Agua en Burgos nunca falta y el trabajo desde la base se encargará de todo lo demás.
