El Aparejadores Rugby Burgos vuelve a disputar este domingo por segundo año consecutivo la final de la División de Honor, y lo hará con el mismo objetivo que se le escapó el curso pasado a su primer equipo, el Recoletas Burgos Caja Rural, lograr la victoria ante el VRAC Quesos Entrepinares para proclamarse por vez primera campeón de la máxima categoría del rugby español. Entonces, en Valladolid, se le escapó entre los dedos y en tiempo de prórroga por 40-34, pero ahora el escenario de momento ya no será el mismo.
Haber sido el primer clasificado en la liga regular le da derecho al equipo burgalés a ser anfitrión del choque en su Campo Bienvenido Nieto de San Amaro (12.00 horas), y serán esta vez cerca de 2.500 aficionados -quitados unos 400 del VRAC- los que tratarán de llevarle en volandas hacia un triunfo que serviría para ponerle además la guinda a una espectacular temporada.
Hasta el momento los jugadores dirigidos por José García y José Basso ya han levantado dos títulos, la Supercopa de España y la Copa del Rey, y ambos derrotándole en dichas finales al VRAC. Los dos reposan ya por tanto en sus vitrinas como campeones de una máxima competición nacional, y poder unirles a ellos el trofeo de vencedores de Liga, de una División de Honor que les tiene ya entre sus equipos tradicionales, sería ponerle el sello a una campaña sensacional.
Desde el curso 2018-19 lleva el Aparejadores en la División de Honor y desde entonces ha demostrado con su primer equipo, ahora Recoletas Burgos Caja Rural, pero también con el crecimiento continuo de sus categorías inferiores, que está más que preparado para conquistar un título que se le resiste y que intentará adjudicarse a la segunda. Tres intentos tuvo que esperar para levantar la Copa del Rey, así que de ganar este domingo al VRAC le hubiera costado uno menos.

Dos enfrentamientos ya en División de Honor con cara y cruz
No hay que olvidar sin embargo que además de las dos finales de Supercopa y Copa del Rey, burgaleses y pucelanos se han visto las caras también por partida doble en la liga regular de la División de Honor, siendo curioso que el Aparejadores lograra ganar en los Campos de Pepe Rojo por 24-31 y que luego fuera el VRAC el que se llevara la victoria en San Amaro por 26-27.
Rubén Sanz y Ruan Snyman están disponibles, Valentín Bustos única baja
Entrando ya en harina en torno a la final, José García y José Basso, técnicos del Recoletas Burgos-Caja Rural, podrán disponer de Rubén Sanz, que no jugó la semifinal ante El Salvador por una pequeña lesión; y también de Ruan Snyman, que se perdió también dicho partido porque estaba a punto de ser padre. El resto de jugadores sí estarán disponibles, a excepción del lesionado de larga duración Valentín Bustos, que hace tiempo que dijo ya adiós a la temporada por la rotura de una de sus rodillas.
«Todos los jugadores salvo Valentín van a estar a nuestra disposición y tendremos por tanto que hacer algún descarte. Obviamente hay tocados, golpeados, pero dentro de lo normal. Anímicamente también estamos muy bien, porque nos hemos preparado durante todo el año y que la final sea conta VRAC nos tira más todavía ya que tenemos la oportunidad de revancha de la última final de Liga”, señala García.

Respecto al papel de favoritos, el técnico del Aparejadores cree que la etiqueta no es clara para nadie, “pero va a quedar en un segundo plano. Los dos sabemos que vamos a competir hasta el último minuto, y quién sea favorito no importa mucho. En una final te olvidas de todas esas consideraciones, y llegamos sabiendo que jugamos contra un equipo muy serio, ante el que los últimos 9 ó 10 partidos se han decidido en los minutos finales”.
José García: «Jugar la final en casa es un regalo y tenemos que aprovecharlo»
Jugar en casa “es sin duda un premio y un regalo. No sólo para nosotros por el trabajo realizado durante todo el año, sino para toda la gente de Burgos que nos acompaña siempre a los partidos y nos hace sentir que somos locales allá donde estemos. Ahora nos toca jugar una final en casa por primera vez y lo vamos a disfrutar y tratar de aprovecharlo al máximo”, apunta el técnico argentino.
Por último y centrándose ya en el partido, el técnico burgalés asegura que “es imposible saber qué va a pasar. Va a haber un nivel de contacto altísimo y los dos equipos vamos a tratar de imponer nuestro juego. El VRAC es un equipo muy duro en la delantera y seguro que habrá mucha presión en los puntos de encuentro. Esperamos máxima intensidad en lo que dure el partido, 80 minutos o tiempo complementario. Nos hemos preparado para todo, para el mejor y el peor escenario posible. Contra el VRAC siempre hay que ponerle a los partidos un punto más de intensidad”, concluye José García.